Un grupo de ladrones ubicado en Barcelona se había especializado en robar digitalmente tarjetas de crédito para hacer compras y pedir préstamos con los datos de sus propietarios legítimos. Las compras que hacían con las tarjetas robadas, insertadas en terminales móviles de manera digital, es decir, sin tener las tarjetas de manera física, pusieron en alerta los Mossos dEsquadra.
Los cinco ladrones detenidos están acusados de obtener los datos de las víctimas mediante smishing. Según los investigadores de los Mossos del AIC de Metro Norte y de la Unidad de Investigación de la comisaría de Granollers, los arrestados enviaban un mensaje de texto a varias personas donde les explicaban que tenían que hacer un pequeño pago para recibir un paquete desde Correus o cualquier otra empresa de paquetería. Cuando la víctima cliqueaba, y picaba en el cebo, entraba en una página web donde le pedían los datos bancarios y el correo. Por e-mail lo informaban de que tenía que cambiar la contraseña de su entidad bancaria y entonces saltaba a una página dónde ponía su login y desde aquel momento los ladrones ya tenían todas las credenciales para entrar a la cuenta corriente de la víctima, desde donde se hacían con la numeración de la tarjeta, que instalaban en sus móviles y la utilizaban para pagar.
Cuando conseguían una tarjeta de donde poder estirar, no se detenían hasta dejarla seca. En uno de los casos se gastaron unos 18.000 euros de una víctima en seis días e intentaron pedir un préstamo a su nombre por valor de 45.000 euros más, desde la misma aplicación bancaria. Como mínimo 37 personas han sido engañadas o intentado ser enredadas por estos ciberladrones y se han detectado víctimas en Madrid, Gijón, Cádiz, Ciudad Real, Sevilla, Palma de Mallorca, Alicante, Palencia, Badajoz y Bilbao. Los Mossos están seguros de que hay más víctimas y mantienen abierta la investigación para poder localizarlas.
No tenían dinero en efectivo
Pero este modus operandi criminal generaba dinero en cuentas corrientes, que les permitía comprar, en tiendas de ropa o de comer, tal como ha acreditado la investigación, pero tenía una limitación: no conseguían dinero en efectivo. Aunque cada vez es más fácil pagarlo digitalmente, sea en tarjetas de crédito sea de débito, o por Bizum, los delincuentes tenían la necesidad de tener dinero en efectivo. E idearon un plan. Compraron centenares de juegos de rasca y gana del ONCE, que pagaban con terminal móvil, donde tenían tarjetas de sus víctimas.
Según datos del ONCE, en un quiosco de esta organización detectaron un incremento sospechoso de venta de este tipo de juego de azar que te permiten ganar pequeñas cantidades de dinero y, sobre todo el que interés de los ladrones, conseguir dinero en metálico para pagar sus vicios y su día. Se detectaron compras por valor de 122.000 euros, según los datos cruzados entre los Mossos dEsquadra y los responsables del ONCE. En el cacheo en casa de los ladrones se encontraron casi 200 rascas del ONCE. No se ha podido saber cuánto dinero ganó con los juegos.
Todos los ciberladrones detenidos, en libertad
A final de septiembre los Mossos pudieron localizar el escondite de los ladrones y obtuvieron la autorización judicial para entrar en su casa. Se hicieron registros en Barcelona, el Masnou y Sant Boi del Llobregat, donde se detuvieron cinco de los ocho miembros de la organización. Los tres que faltaban fueron localizadas y aunque no fueron detenidas, quedaron imputadas por los mismos delitos: pertenencia a grupo criminal y por delitos de estafa.
Se encontraron casi 50 terminales móviles, 33 tarjetas SIM, 4.000 euros en efectivo, cinco ordenadores portátiles, 43 tickets de compra, 191 cupones del ONCE, seis relojes de alta gama y gran cantidad de ropa de buenas marcas con etiquetas. A todos los detenidos, después de ser entregados al juez de guardia, ordenó su puesta en libertad con cargos. elnacional